Alternativas de financiamiento para las pymes en un contexto de tasas elevadas por avance inflacionario

Hay que acostumbrarse a convivir con alta inflación en Argentina, y a buscar la “ingeniería financiera” necesaria para poder sobrevivir, y ser rentables y sustentables en el tiempo.

Tras un 2022 con 94,8% de inflación y una proyección para 2023 cercana al 100%, las pymes están literalmente “cansadas”, tanto los empleados como también sus directivos estresados por la situación actual, que tienen que luchar día a día para ser solventes y rentables en el tiempo, como así también sostener los puestos de trabajo ante el avance de las paritarias. Primero fue la pandemia lo que las afecto (muchas pymes tuvieron que sobre endeudarse para sostener el nivel de empleo con caída en el nivel de actividad), pero luego apareció la alta inflación (aunque con recuperación económica).

Uno de los problemas que más destacan las pymes es la “falta de financiamiento” en este contexto de alta inflación. La política del banco central de sostener la emisión de LELIQ y hacer que los bancos le den sus sobrantes de liquidez en lugar de dárselo a las empresas, restringe fuerte el consumo y la producción de bienes y servicios. Como política monetaria, es una herramienta que debe utilizar el banco central para luchar contra la inflación, pero por el otro lado afecta a la actividad económica.

La falta de financiamiento más la alta inflación en pymes afecta a trabajadores y dueños. Primero se reconoce que desgasta a los equipos de trabajo, falta gente con ganas de trabajar y se hace difícil motivar a los recursos humanos con un salario en pesos que se deprecia todos los meses, aunque se necesita sostener el nivel de empleo para mantener equipos de trabajo que sean productivos y conduzcan al éxito de la organización. Las empresas son “altamente vulnerables” a la alta inflación dado que muestran menor capacidad de negociación con clientes y proveedores, así como “menor acceso al financiamiento”.

Alternativas

Para ayudar a las pymes se necesita la implementación de políticas económicas que fortalezcan el crecimiento y la inversión, para incrementar en consecuencia la producción de bienes y servicios que necesita la economía para absorber el dinero disponible. La riqueza que produce Argentina solo será valorada, si se reinvierte en el país.

Ante el elevado costo de los prestamos financieros que ofrecen los bancos a las pymes, hoy se deben analizar diferentes alternativas de financiamiento. Vamos a repasar algunas de las que se pueden utilizar hoy:

  • Financiamiento con proveedores a través de SGR’s: Una empresa necesita definir sus principales proveedores de materia prima para establecer una política de pagos. Para ello contribuyen las sociedades de garantías reciprocas, para obtener un paquete de financiamiento a “tasas subsidiadas”, emitiendo avales y haciendo una empresa obtenga fondos líquidos y “acuerdos de pago” con sus principales proveedores para minimizar el costo financiero y asegurar la continuidad de las operaciones.
  • Cheques de Pago Diferidos (CPD): Actualmente las entidades financieras a través de sus plataformas de home banking, ofrecen a sus clientes la posibilidad de emitir ECHEQ’s (cheques electrónicos que tiende a reemplazar la operatoria con cheques físicos, con múltiples ventajas para ambas partes). Los bancos premian a las pymes que usan el cheque electrónico por encima del cheque físico, dado que permite un mejor seguimiento a la operatoria, mayor trazabilidad de las operaciones y disminuye la evasión impositiva que a veces puedan darse con la operatoria de cheques físicos. Actualmente las tasas nominales anuales para descontar cheques para pymes están en promedio 20 puntos por debajo de un préstamo financiero. Si bien es mas de corto plazo, permite ser más rentables reduciendo el costo financiero.
  • Factoring: Otra de las alternativas que tiene hoy una pyme es disponer de una serie de facturas por cobrar por venta de productos y servicios en el tiempo, donde por circunstancias relativas al contexto económico e inflacionario actual, puede hacer que las cobranzas se demoren en el tiempo. Aquí nuevamente aparecen las SGR’s, permitiendo el adelanto de liquidez contra esas facturas como “garantía” descontando las mismas a una tasa de interés muy conveniente.
  • Préstamos Prendarios: Las pymes que hoy necesitan priorizar la inversión en activos fijos que contribuyan a la mejora de su margen de contribución, pueden aprovechar las ventajas que ofrecen las SGR’s emitiendo avales para financiar a largo plazo proyectos de inversión. La empresa debe presentar un “cash flow” proyectado y obtiene de esa manera un préstamo amortizable entre 36 y 48 meses a tasas muy inferiores a la inflación actual. La empresa así puede invertir en tecnología con el fin de mejorar notoriamente su rentabilidad.
  • Fideicomisos: Una pyme hoy puede pensar en darle la posibilidad a una persona física a invertir en su empresa. Crea un fideicomiso de administración para poder financiarse con “mínimos requisitos”, y muchas ventajas impositivas. Puede ofrecer proyectos a los inversores a mayores plazos, con retornos atractivos y los termina haciendo participes del negocio. Otra ventaja para la empresa es que evita para el CFT (costo financiero total) que normalmente le va a cobrar un banco. Algo similar a los fideicomisos para una pyme, podrían ser las “franquicias comerciales”.

Conclusiones

La inflación actual no puede frenar a las empresas, sino que les debe permitir “reinventarse”. Hay que acostumbrarse a convivir con alta inflación en Argentina, y a buscar la “ingeniería financiera” necesaria para poder sobrevivir, y ser rentables y sustentables en el tiempo. Hoy no es un buen momento para tomar prestamos financieros en bancos, dada la alta inflación y por ende las tasas nominales que ofrecen las entidades financieras para financiarse. Mas allá del sistema de amortización que elijan las pymes (francés o alemán) hoy no es recomendable tomar un préstamo.

Una empresa existe para “ganar dinero”. Pero a su vez, necesita el financiamiento adecuado para asegurar la continuidad de operaciones en el tiempo. Si el costo financiero aumenta, afecta directamente a la rentabilidad. Minimizar ese costo a través de las alternativas de financiamiento actuales presentadas, va a permitir a las pymes sostener los puestos de trabajo de sus empleados y buscar sobreponerse a la inflación. Con cierta holgura financiera y recomposición de márgenes de rentabilidad a través de inversión en activos fijos, se puede salir adelante.

En algún momento la inflación va a ceder, el banco central va a poder relajar su política monetaria y el costo de financiamiento para las empresas va a mermar. Hay que ser pacientes como empresarios y entender que la economía es “cíclica”.

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