Cualquiera que gane, se necesita un plan de estabilización de la macroeconomía y la liberación 100% de todas las exportaciones, con incentivos mejores a los actuales a quienes exportan hoy en Argentina (Campo, Frigoríficos, Energía, Petróleo y Litio). Sin divisas, este país no se va a recuperar nunca.
En medio de la campaña electoral post PASO y antes de las elecciones generales de Octubre, la idea de dolarización y eliminación del Banco Central fue el eje de Javier Milei y lo que generó mayor incertidumbre en los ahorristas, quienes huyeron masivamente del peso y se refugiaron en dólares.
Con posterioridad a los comicios de Octubre, el resultado “verdadero” (las PASO solo son una suerte de encuesta, pero no definen nada) reflejó que Sergio Massa obtuvo un 37% contra un 30% de Javier Milei. Con Patricia Bullrich fuera de combate, la cuestión ahora pasa por entender que podría pasar con el dólar y la inflación, en primer lugar si gana Massa y en segundo lugar, si gana Javier Milei.
Cambio radical en las expectativas
Tras la sorpresa en las PASO, los mercados reaccionaron negativamente a un combo de variables de shock: Efecto Milei, Devaluación del 22% y Dólar de $600 a $1.200 en 67 días. En 2 meses todas las expectativas se reflejaron en una escalada sin freno del dólar con expectativas de inflación infinita (en los últimos tres meses reportados, la inflación acumulada fue de casi un 32%). Todo era un verdadero “cisne negro”, donde Javier Milei se sentía “ganador” el 22 de Octubre. Ese fue el escenario de angustia que vivió la gente durante 67 días, entre el 14 de Agosto (gana Milei) y el 20 de Octubre (viernes previo a las elecciones). El “salto al vacío” era inevitable.
Pero una vez más, la sociedad le demostró a las encuestadoras que su trabajo es poco creíble en un contexto de país donde las variables de la macroeconomía se encuentran totalmente desequilibradas. Llegó el 22 de Octubre, ganó Massa con un 37% (contra todos los pronósticos), mandó al segundo puesto “cómodamente” a Javier Milei, y corrió del camino “categóricamente” a Patricia Bullrich.
El resultado de este fenómeno es un “cambio radical en expectativas”. Las expectativas de devaluación y dolarización de la economía se diluyeron considerablemente, y el peligro del “salto al vacío” se disipo rápidamente. Que las expectativas referidas a la suba infinita dólar hayan mejorado, no quiere decir que las expectativas referidas a la suba infinita de la inflación hayan cambiado, sino todo lo contrario, dado que la inflación es un fenómeno exclusivamente “monetario”.
De la dolarización al desdoblamiento cambiario
Dolarizar la economía significa un endeudamiento externo extra de casi USD 40.000 millones (sin saber quién los iba a poner), se perdería íntegramente la moneda nacional y la autonomía como país que deja de tener una moneda. Dolarizar también implica hacer crecer exponencialmente la pobreza (un salario de USD 1.000 por mes iba a equivaler a ganar USD 1 por mes).
Por último, eliminar el banco central implica dejar “sin control” a las entidades financieras. Para dolarizar, necesitas tener dólares y en Argentina el Banco Central no tiene dólares y los ahorristas argentinos los dólares se los llevaron a sus casas o afuera del país, porque nadie confía en el sistema financiero.
Pero este globo aerostático perdió fuerza y se desinfló. Macri no va a convalidar una dolarización y Milei solo no puede gobernar, y si ambos se unieron ahora, van a tener que negociar puntos de un acuerdo económico que les de capacidad de gobernabilidad en caso de que Milei sea el ganador. Ahora ambos candidatos comienzan a hablar de un “desdoblamiento cambiario”.
El desdoblamiento va a implicar tener un dólar “regulado” para importaciones y exportaciones, donde va a ir cambiando el “mix” de liquidación (Hoy 70% MULC y 30% CCL), para ir cambiando gradualmente sea proporción hasta llegar a un esquema a la inversa (30% MULC y 70% CCL) hasta “normalizar” la economía (por lo menos va a llevar 12 meses).
Por otro lado, se tendría un “dólar consumo” el cual aplicaría de manera uniforme al ahorro, el MEP y el turismo. Se trata de construir un “puente” para poder cruzar del otro lado del rio, no se puede cruzar de un solo salto largo porque el riesgo de caerse en el intento es altísimo.
Conclusiones
En el caso de ganar Sergio Massa, el esquema de desdoblamiento cambiario sería inevitable, aunque vamos a tener que convivir con una alta inflación para los próximos 6 meses (hay una alta incidencia del factor estacional del verano, donde el consumo se potencia y presionan al alza de precios, sumado al arrastre estadístico de meses previos).
Una vez que la macroeconomía se estabilice con un plan monetario razonable y sustentable, podemos empezar a ver indicadores a la baja. Un gobierno de “unidad nacional” podría ser una solución, siempre y cuando Sergio Massa acepte negociar medidas “anti-kirchneristas” y que las fuerzas de la oposición que acompañen a Massa terminen controlando al Banco Central, para que deje de emitir de una vez.
El deteriorado camino al balotaje
En el caso de ganar Javier Milei, volvería el miedo de la dolarización y se generaría nuevamente tensión cambiaria. Un dato clave, si Milei pretende dolarizar, necesita el apoyo de la gente que hoy está en su partido político (PRO) y no lo estaría obteniendo. Hoy ya tenemos una inflación que parece estar descontrolada, pero si a eso le sumamos “presión cambiaria”, el alza seria aún mayor. Es por esta razón, que el dólar siempre ha funcionado como herramienta de “ancla” de expectativas de inflación.
Cualquiera que gane, se necesita un plan de estabilización de la macroeconomía y la liberación 100% de todas las exportaciones, con incentivos mejores a los actuales a quienes exportan hoy en Argentina, ya sea el campo, los frigoríficos, la energía, el petróleo y el litio. Sin divisas, este país no se va a recuperar nunca.
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